domingo, 28 de noviembre de 2010

Madrid, mayo del 68 Capítulos XIII y XIV

Capítulo XIII


Amanda lleva unos días nerviosa, hoy más que ayer por la inminente llegada de Sandra. Mañana, 6 de junio, a las 3 de la tarde aterrizará su avión y ha quedado con Agustín para ir juntos a Barajas.
Como no puede estarse quieta se ha puesto a limpiar el ático aunque no le cunde mucho, lleva toda la mañana con la puerta de la terraza y las ventanas de la sala. Con cada movimiento que hace con la esponja, pensamiento que viene a la mente:  “Ya no hay marcha atrás, Carlos sabe la verdad y ahora le toca a Sandra”. “¿Cómo se lo voy a decir?´´ .
Aunque lleva unos cuantos días practicando no sabe aún como empezar y Agustín no estará a su lado, esta vez no, por primera vez no puede contar con su ayuda; no se ha opuesto a que uno y otra sepan la verdad pero él no quiere estar delante.
Sigue enjabonando la puerta y ahora recuerda la conversación que tuvieron en la terraza y la extraña sensación que se apoderó de ella, entre alivio y culpa, cuando Agustín se despidió con un beso y regresó al piso, al que había sido de los dos y que oficialmente así seguía siendo, pero que a partir de ese momento sería su piso y en el que Sandra se alojaría mientras estuviera en Madrid.
Una sonrisa aflora a sus labios al revivir palabra por palabra la larga charla y como en muchas ocasiones, durante todos estos años, se quedaría con la rabia de no poder discutir con él; siempre estaba allí: solicito, comprensivo, cariñoso y paciente. Era imposible enzarzarse con él en una pelea verbal pero el otro día....el otro día fue diferente.
Nada más entrar se dio cuenta de que algo pasaba, no era el mismo Agustín que dejó en el piso de General Mola, su mirada seguía siendo cálida pero había una luz desafiante que nunca antes había visto en él y que le gustaba.
Amanda deja la esponja y se prepara un café que se toma en la cocina y allí sentada sigue recordando parte de la conversación con Agustín.

.- Hola, Agustín, pasa. He preparado una merienda y como hace buen tiempo la tengo en la terraza, espero que no te importe ¿verdad?

.- En absoluto, hace una tarde estupenda y en tu terraza se está muy bien, es lo que tienen los áticos, unas terrazas expléndidas.

.- Tienes razón, no nos podemos quejar de la terraza en General Mola pero está es mucho más grande y tiene una vista maravillosa sobre todo de noche, cuando todas las luces iluminan el arco .. bueno, no hemos quedado para hablar de terrazas ni de vistas. ¿Cómo estás? Apenas nos hemos visto desde que me vine aquí.

.- Bien Amanda, impaciente por ver a Sandra y por saber que tienes que decirme.Yo también he pensado mucho en estos días y hoy me he dado cuenta de muchas cosas pero...habla tú primero.

.- Tienes razón, yo te he llamado y tengo cosas que comunicarte pero ahora que te veo delante de mi no se por donde empezar. A lo mejor es una imaginación mía pero te noto diferente. ¿ Ha pasado algo?

.- Ya te lo he dicho, hoy he visto las cosas muy claras y aunque me gusta estar contigo creo que deberíamos ir ya al grano.

.- Como quieras. Verás, he pensado que Sandra tiene derecho a saber la verdad y Carlos también. Para Sandra tu eres su único padre y quizá sea un golpe pero no es justo que le privemos de conocer a su padre biológico ahora que ha vuelto y que no fue su culpa el no poder ejercer de padre.

.- Yo también lo creo así Amanda. Lo entenderá si se lo cuentas sin ocultarle nada. Carlos ya no es una sombra, es una realidad y Sandra es lo suficientemente adulta como para decidir por ella misma si quiere conocerle o no.

.- ¿No quieres que se lo contemos juntos?

.- No, esta vez no.Si quieres que lo comprenda tendrás que hablarle de tus sentimientos por Carlos sin tapujo, contarle todo lo que paso sin ocultar detalle y es mejor que yo no esté delante.
Yo ya hablaré a solas con ella cuando venga a mi, porque vendrá.

.- ¿ Qué va a pasar con nosotros dos?

.- No lo sé Amanda. Antes te he dicho que lo he visto todo claro y prefiero que sigamos así, cada uno en su piso. Sabes que te amo tanto o más de lo que tu puedas haber amado o ames a Carlos y mis sentimientos por ti no van a cambiar pero ya no me conformo con ser tu mejor amigo, consejero y confidente. Ya no Amanda. Tienes el camino libre, aunque legalmente no sea posible, por mi parte puedes irte con Carlos si así lo deseas y él lo quiere.

.- No,con Carlos no.Como bien dices Carlos ya no es una sombra ni un recuerdo que idealizar.Yo también me he dado cuenta de que es mejor no compartir mi vida con él,le sigo amando, es verdad, creo que siempre lo haré pero su vida es el partido, y la mía esta aquí, en Madrid, trabajando para su partido si me acepta como abogada pero sin ser su pareja. Esto no quiere decir que no sienta nada por ti, no te amo de la forma que tu esperas pero te equivocas si piensas que solo eres o ha sido mi amigo y confidente. Siento muchas cosas por ti y te echo de menos cuando no estamos juntos y quizá, sin prometerte nada, deba empezar a conocerte de verdad, tengo delante de mi a un nuevo Agustín aún por descubrir.... si me dejas.

.- Siempre podemos intentarlo de nuevo pero sin prisas. No nos vamos a perder de vista..y hay otra cosa ¿vamos juntos a recoger a Sandra o prefieres que vaya yo solo?

.- No, vamos juntos..,,¿tienes la habitación preparada?

.- Por supuesto Amanda, me arreglo bien con las cosas de la casa y además la asistenta viene todos los días por la mañana.

Las ventanas no se limpian solas, se dice Amanda y se levanta de la mesa de la cocina y va a terminar la tarea que ha empezado y que no le gusta nada. Los churretes no desaparecen y decide secarlos con páginas del periódico de la mañana. Mientras seca no deja de pensar en el siguiente paso que dio cuando Agustín se marchó. Dejó en la pensión de Carlos un recado y al día siguiente, a la hora de comer, se vio con él en un restaurante cerca de su casa en el que ella suele comer últimamente si no lo hace en la Universidad.
El restaurante es grande y tiene bastante reservados en los que se puede comer y hablar sin necesidad de que el de la mesa de al lado siga la conversación. La comida es casera pero también se pueden pedir platos de alta cocina francesa.
Carlos dejó de lado el Coq au vin y prefirió el cocido madrileño al igual que Amanda.
A los postres ya le había puesto al corriente y Carlos no parecía sorprendido, la sorprendida fue ella cuando Carlos le confirmó que ya lo sabía, que lo supo en cuanto vio la foto de su boda publicada en Garbo.
Con el café se pusieron de acuerdo en esperar la reacción de Sandra. Carlos no movería ficha, tendría que ser Sandra quien le buscase a él.
De camino para su casa Carlos le preguntó:

.- ¿ Os vais a separar oficialmente  Agustín y tú?


.- No, oficialmente no, pero sí, nos hemos separado de mutuo acuerdo para intentar volver a encontrarnos y a ser posible como hombre y mujer. ¿te extraña?

.- Lo siento, pensé que durante estos años habíais sido felices y en parte me considero responsable de lo que os ha pasado. Me alegro de haber vuelto por Sandra pero siento que mi vuelta sea la causante de vuestra separación.

.- No lo sientas, no tiene ningún sentido. Gracias a tu vuelta quizá podamos empezar de verdad. Carlos tu siempre tuviste razón: lo nuestro no podía ser ni entonces ni ahora. Nuestro amor, al menos el mío seguirá en pie pero debemos seguir nuestro propio camino y dejad abiertas las puertas a otros amores. ¿Sabes que Patricia está bastante loquita por ti?

.- ¡Seguramente!, no digas tonterías. Patricia es muy buena amiga y nada más, No está interesada en mi amorosamente pero en lo demás tiene razón. Lo que vivimos fue corto pero hermoso y tenemos a Sandra como prueba de ello. No se si volveré a enamorarme de una mujer como lo hice contigo pero mi vida hace años que no me pertenece a mi.....¿Estás segura en lo de Patricia?

El chirriar del papel en la ventana la devuelve a la realidad. Se acabó, tiene que darse prisa en acabar con las ventanas y para evitar volver a las andadas pone la radio y canta con Cliff Richard “Congratulations” de paso que decide ir por la tarde a ver West Side Story, todos dicen que es muy buena.



Capítulo XIV


Pedro y Montse salen del cine Gran Vía, acaban de ver No somos de piedra y nos les ha gustado mucho. Hablando sobre la filmografía del director de la cinta llegan a la cafetería San Bernardo donde se sientan a tomar algo antes de irse a casa. Son casi las nueve de la noche y Montse tiene que estar a las diez en casa. El tema de la película le recuerda a Montse algo con lo que no está de acuerdo, que ya ha comentado a Pedro y que no se quita de la cabeza.


.- ¿ Crees que debo consultar a Patricia?-le pregunta a Pedro mientras éste pide una coca-cola y una caña al camarero.

.- No sé si ella podría ayudar, quizá sería mejor preguntarle a Don Agustín, creo que su mujer podría asesorar mejor en estos casos.

 .- ¿Qué tenéis que consultar?-pregunta Miguel acercándose a la mesa.

 .- Hola, ¿y tú de dónde sales?- dice Montse

.- De la nada, es broma..he entrado casualmente a hacer una llamada y al darme la vuelta os he visto. Estaba predestinado que iba a acabar la tarde con vosotros- ríe Miguel.- bueno, ¿ de qué hablabais tan seriamente?

 .- Montse te lo puede contar- dice Pedro

 .- !Se va a cometer una injusticia  y mi familia es la responsable!- suelta Montse

- ¡Montse, chica, para, para! Como no te expliques mejor, no me entero de nada- dice Miguel

 .- Tienes razón, perdona...Pues resulta que la chica que tenemos en casa tiene un novio que está hacienda la mili y todavía le faltan 9  meses para acabarla. El joven está en Melilla pero hace dos meses tuvo un permiso y ahora Conchi ha descubierto que se ha quedado embaraza y mi abuela le ha dicho que se vaya buscando a donde ir porque a finales de mes tiene que dejar nuestra casa. La joven solo tiene unas tías en un pueblo de Extremadura y no quiere regresar al pueblo porque sabe que todo el mundo le va a señalar con el dedo. Mi abuela ha pedido a mi tío que le arregle un permiso al chico para que se casen cuanto antes, así podrá regresar al pueblo como una mujer casada en lugar de como una posible madre soltera y mi tío está dispuesto a ayudar a la infeliz, como él mismo dice.
.- ¿Y cual es el problema? –pregunta Miguel que sigue sin entender
.- El problema es la injusticia que se va a cometer,¿ por qué una chica embarazada no puede seguir trabajando como hasta ahora? , ¿ de qué van a vivir si el chico todavía está en la mili?, ¿ quién va a correr con los gastos de los médicos si se queda sin trabajo?. Mi familia no quiere, la despiden y adiós, no es problema nuestro,que se lo hubiera pensado mejor antes de meterse en la cama con el novio, dice mi abuela. No sabéis la que armó, con lo católica y apostólica que es ella. Invocó a todas las vírgenes y santo que conocía, no podía dar crédito ¡la chica de servicio embarazada! ¡qué pecado! ¡qué vergüenza! Etc, etc...y luego la tuvo conmigo porque me opongo a su despido.

.- Visto así quizá tengas razón ¿pero que piensas que un abogado puede hacer?
.- Defender los derechos de Conchi , ¿te parece poco?
.-¿Cómo?
.-Demandando a mi familia.
.-¿En qué país y en qué siglos te crees que vives Montse? No sé  si en alguna parte del mundo un abogado podría hacer algo pero en España seguro que no. ¿Tenía Conchi un contrato de trabajo con tu abuela?
.- No, las chicas de servicio no tienen contrato.
.-¿Entonces? ¿ que argumento vas a utilizar para la demanda? Me temo que incluso el quedarse embarazada puede ser causa de despido teniendo incluso un contrato de trabajo,máxime cuando la chica es soltera.
.- Así que tú lo ves igual que Pedro. !Menuda conciencia social que tenéis los dos!. No hay derecho a que pasen estas cosas. La culpa es siempre de las chicas  y…
.- Calma Montse, no estamos contra ti y yo no pienso que las chicas tengan siempre la culpa de los embarazos. Tu tío se va encargar de casarles y seguro que en el pueblo la familia la ayudará y será solo por unos meses hasta que el novio regrese y se ponga a trabajar.
.- No me convences, tiene que haber algo que pueda hacer.
.- Pues habla con Patricia, quizá ella te pueda orientar.
.- Tú también con Patricia-dice Pedro
.- Sí, me parece una chica muy preparada y además es feminista. Un abogado no puede hacer nada pero entre las feministas seguro que habrá alguien que pueda aconsejar a Montse.

.- También lo es la mujer del profesor Sepúlveda y además es abogado

.- Es cierto pero me parece que la sra. Sepúlveda tiene ahora otras preocupaciones.
¿No os habéis dado cuenta de que ya no vienen juntos?

En ese momento se hace el silencio en la cafetería, los clientes y camareros miran a la pantalla de la televisión que reposa en una repisa en lo alto, sobre el mostrador de bar.
“ Según una noticia de última hora, a las 12 y 10 de la mañana, hora de Los Angeles, el senador por Nueva York y candidato a la presidencia Rober Kennedy ha sufrido un atentado cuando abandonaba  el Hotel Ambassador. El hombre que le disparó varios tiros con un revólver ha sido detenido. Robert Kennedy ha sido trasladado al Hospital donde ha ingresado con vida pero en estado muy grave....””
Todo el mundo escucha atónito la noticia y se miran perplejos

.- !Qué horrible!, dice Pedro. En Abril Martín Lutero King y ahora Bob Kennedy. !qué primavera que tenemos!

.- Ni que lo digas. El otro día oí en la televisión que 1968 había sido declarado Año Internacional de los Derechos Humanos, y mira por donde, a los pocos meses matan  al más carismático defensor de los derechos de los negros, y hoy  al segundo de los Kennedy’s  y quién sabe a quien matarán mañana , dónde y por qué.

.- No ha muerto- dice Montse tímidamente.

.- No, aún no pero seguro que mañana nos despertamos con la noticia de su muerte.

.- Vamos a pagar, quiero irme a casa, no me encuentro bien, dice Montse.

.- Ya pago yo, dice Miguel. Nos vemos mañana.

.- Gracias, hasta mañana
Los chicos sale de la cafeteria y andan en silencio hasta la glorieta de Bilbao donde Montse vive y allí en el portal se despiden con un beso y un buenas noches. Montse está realmente afectada con el atentado y con todo lo que está sucediendo en lo que va de año y por vez primera, en muchos meses, echa de menos realmente a su madre.



Carmen sigue leyendo los capítulos según los va escribiendo Beatriz como habían acordado y no sabe si la idea de que Patricia se quede con Carlos le gusta mucho, a ella en particular le cae mejor Amanda...Beatriz tendrá sus argumentos, piensa finalmente y recuerda la conversación que tuvieron con Mario y su madre sobre la repercusión de los asesinatos de estas figuras históricas. Ellos eran muy conscientes de que sus muertes sembraron en los jóvenes de entonces muchas inquietudes y ayudaron a cambiar, paradójicamente, muchos estereotipos y clichés sobre el pueblo americano....pero ¿ y la generación de sus abuelos? ¿tuvieron ellos conciencia de lo transcendental que podían ser a lo largo de la historia?. Preguntas en el aire pues la última de esa generación no hacía mucho que les había dejado.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Madrid, mayo del 68 Capítulos XI y XII

Capítulo XI


<< Mayo nos va diciendo adiós y le dejamos cargado de noticias e historia, noticia como la de ayer, la disolución de la asamblea en Francia y la convocación de nuevas elecciones – piensa Carlos -, seguro que esta tarde lo discutimos a fondo.>>

.- Sí, ¿dígame? – dice cogiendo el teléfono cuyo sonido le saca de su reflexión.
.- ¿Carlos? Oye, perdóname pero no podemos comer juntos, me ha surgido una comida con mis compañeras de instituto ¿te importa?
.- No, no pasa nada Patricia, ¿es por lo de la función?
.- Sí, ya te lo contaré..¿habrás visto el artículo en el Madrid, verdad?
.- Sí, claro. Lo he leído varias veces. “Retirarse a tiempo. No al general De Gaulle” es un artículo buenísimo.
.- A mi también me lo parece pero me temo que van a tener problemas.
.- Seguro que les cierran el periódico de nuevo ¿vienes luego a recogerme o nos vemos en Luchana?
.- Nos vemos en el piso. Hasta luego.

Carlos cuelga y fija la mirada en la copia de la entrevista de los chicos, entrevista que acaba de mandar a la redacción y que a los estudiantes les ha gustado mucho; la guarda en una carpeta y toma otra del archivo, se sienta de nuevo y revisa los artículos del marido de Sandra uno a uno; le gusta el estilo directo que tiene y las fotos de refuerzan el contenido. Intuye que forman una buena pareja y cada vez tiene más ganas de conocerla. Entre unas cosas y otras la hora de la comida se echa encima y Carlos baja al bar que hay en el mismo edificio a comer algo.

En un restaurante cerca del Instituto Patricia come con algunas compañeras y hablan de la obra de fin de curso. Todavía no sale de su asombro pero el comité de profesores ha aprobado la propuesta y el director ha dado el visto bueno. “La casa de Bernarda Alba”  se puede representar y ahora tienen que elegir un director artístico y a las posibles actrices entre las alumnas de sexto.
Después de comer va al estudio de Amanda, ha quedado con ella por el caso de una amiga y prefiere que Carlos no sepa nada, al menos de momento.
Amanda es una buena abogada y además es muy discreta, lástima que a ella no le caiga bien...no sabe el motivo pero le cuesta verla como a una amiga.
El estudio es un ático con unas vistas preciosas y desde su terraza se ve el arco de la Moncloa perfectamente y se divisa al fondo, como una mancha verde, los bosques del Pardo.
Amanda la recibe con una gran sonrisa, la saluda afectuosamente y la invita a pasar al tiempo que le pregunta si desea tomar café. La salita-despacho es una pieza amplia con mucha luz, llena de libros por todas partes. En una esquina de la sala está la mesa del despacho haciendo juego con la librería y el secreter. Sobre este último hay unas fotos que Patricia no había visto antes de hoy y que le resultan muy familiares. Al acercarse a ellas no tiene ninguna duda, el hombre en las fotos es Carlos, 21 años más joven pero indiscutiblemente es él. Junto a una jovencísima Amanda con el pelo recogido en un pañuelo, con una emotiva sonrisa en los labios, ojos brillantes y mirada embelesada vemos a Carlos de lado acariciando con su mano la mejilla de Amanda. En la otra foto se ve a Carlos de medio cuerpo con un traje azul y encendiendo un cigarrillo. En un rincón de la foto alguien ha escrito: “No me hubieras podido amar mejor pero estábamos destinados a decirnos adiós”.

.-¿Le reconoces?-pregunta Amanda entrando en la sala con la bandeja del café.
.- Creo que sí. Está muy cambiado pero es Carlos. No creo recordar haberlas visto antes aqui.
.- No estaban, las he puesto ayer..he decidido visualizar el pasado porque sigue siendo presente.
.- No te entiendo, ¿qué tratas de decir? ¿vas a retomar tu relación con Carlos?
.- No Patricia, no, no temas ¿no has leído lo que he escrito en la foto?
.- Sí, pero tus palabras de ahora me confunden.
.- Tranquila, no voy a interponerme entre el partido y Carlos. Siéntate por favor, voy a contarte algo.

Patricia se sienta en el sofá mientras Amanda toma asiento en el sillón frente a ella y sirve el café. Al ratito le dice:

.- Durante todos estos años guardé todas las cosas de Carlos en un cajón del secreter. No eran grandes cosas pero para mi eran verdaderos tesoros: las fotos, las entradas de la primera vez que fuimos al cine juntos, un pañuelo que me prestó y que no quise devolverle y un cuaderno en el que iba anotando muchas de las cosas que me decía.
Cuando me atormentaba pensando donde podría estar su cuerpo me refugiaba aqui, sacaba sus cosas, lloraba y buscaba en el cuaderno una razón para seguir adelante, siempre encontraba algo en alguna de sus frases.
No debía llorar, me decía, él no me lo perdonaría, no debía proyectar mis frustraciones en Agustín porque no se lo merecía y además tenía a Sandra, el más bello y hermosos legado que me podía haber dejado.
La vida continuaba y yo debía continuar en ella y ayudar a quienes me necesitaran y asi pasaron los años....hasta que llegaste tú con tu nueva, en ese momento creo que despertó Amanda, la Amanda de la foto con el pelo envuelto en un pañuelo.

Amanda hizo una pausa para beberse el café y continuó diciendo:

,- La tarde del concierto puede hablar con él a solas por primera vez después de haberle llorado miles de veces, le dije muchas cosas y hasta le hablé de Sandra pero no le dije que era su hija. Tenía que pensar que iba a hacer y decidí venirme al estudio y ahora estoy segura de dos cosas: mi amor por Carlos no ha muerto pero mi vida no está junto a él. Mi sitio está aqui y el suyo donde lo crea el partido necesario.
La otra cosa que tengo muy claro es que Sandra y él tienen que conocerse y lo que hagan con este conocimiento es cosa de ellos...hace unos dias hablé con Sandra y le adelanté algo, dentro de unos días estará aqui y mañana llamaré a Carlos para hablar con él del tema. ¿Tienes algo que decirme? ¿te parece bien?

.- No tengo nada que decirte Amanda pero... por favor no les hagas daño a ninguno de los tres.
.- Por eso estoy aqui Patricia. Después viene Agustín y la conversación que vamos a tener puede ser decisiva para los dos. Hablemos ahora del caso que querías consultarme.

Horas más tarde Patricia llega al piso para la reunión con los enlaces del partido pero no dice nada a Carlos de su conversación con Amanda.



Capítulo XII


A la misma hora en que Amanda y Patricia dialogan en el estudio, Miguel y Pedro entran en el bar de la facultad hablando de la asamblea a la que acaban de acudir. La policía no apareció por lo que el encuentro se desarrolló sin incidentes.Están discutiendo el apoyo a los obreros y la asistencia a la asamblea que el sindicato de estos está preparando. Agustín les interrumpe y ellos se sorprenden al ver al profesor a su lado.

.- Muy buenas –les dice Agustín- deberíais tener más cuidado. Ciertas cosas tenéis que hablarlas en un tono más bajo, nunca se sabe quien escucha..¿nos sentamos?, dice señalando una mesa cerca de la ventana.
.- Buenas tardes profesor Sepúlveda- dice Pedro ya restablecido del susto- tiene mucha razón. Gracias por el aviso.
.- Lo siento –dice Miguel una vez sentados a la mesa- no es la primera vez que peco de imprudente. ¿Usted cree que debemos acudir a la reunión del comité del que hablamos?
.- Creo que es mejor dejar ciertas cosas a los enlaces pero si os interesa el tema mantened los ojos y los oídos bien abiertos. Los grises y la secreta han oído los rumores y habrá detenciones. Vosotros estáis a punto de empezar los exámenes finales de tercero y ellos deben ser vuestra principal preocupación.
.- ¿No es una postura demasiado cobarde? ¿Cómo podemos actuar si no hacemos nada?
.- Miguel, hay muchas formas de participar y la tuya puede ser terminando la carrera. En mi opinión puedes llegar a ser un gran abogado laborista y sería una pena que por una detención se truncase tus carrera. Tu sitio es ahora las aulas. El sindicato necesita abogados que quieran arriesgar y estén dispuestos a defender sus ideas pero les sobra estudiantes impulsivos que actúan sin pensar tan sólo por hacer algo.
.- ¿Quiere decir que tenemos suficiente con mantenernos informados mientras nos formamos?
.- Es una idea, los grupos están empezando a organizarse, las células empezarán a ser poco a poco más activas y las detenciones pueden estar a la orden del día; van a necesitar gente que les asesoren jurídicamente y seguramente necesiten voluntarios para sus bufetes clandestinos...¿ quien dice que no puedes ser tú uno de ellos?
.- Ya me gustaría- dice Miguel, mientras Pedro pregunta al profesor por su amigo el periodista.
.-¿Conoce usted bien a Carlos?
.- Le conocí hace años y por circunstancias que no vienen al caso nos perdimos de vista. Es una persona muy comprometida con las libertades de los pueblos, podéis confiar en él y quizá os pueda aconsejar mejor que yo en la materia que os interesa. Por su trabajo conoce bien lo que se cuece en todos los medios. Ahora os tengo que dejar. Os veo mañana.
.- Gracias y hasta mañana.

Agustín se levanta y abandona la facultad camino del estudio de Amanda. Seguramente ya ha tomado una decisión, parcial o total no lo sabe aún, con ella nunca se sabe, piensa, mientras anda despacio pero con paso seguro en dirección de Moncloa.
Durante estos días él también ha reflexionado mucho. No se arrepiente para nada de la medida tomada hace años, era lo mejor para ella y volvería hacerlo si las circunstancias se repitieran y sin embargo todo ha cambiado ahora...no hay duda, su vida no era, no es, como el  la creía, ahora lo ve todo distinto, la venda se le ha caído de los ojos.
Su amor sigue intacto, la ama igual que el primer día pero eso ya no es suficiente. Durante todos estos años se ha mentido sin parar, se ha creado su propia pantomima, se ha repetido día tras día que era feliz, que tenía una familia feliz pero en realidad eran unas comparsas muy bien armonizadas que supieron crear un hogar para Sandra y nada más.
Siente que para Amanda él sólo ha sido un fiel compañero de viaje y este viaje ha llegado a su fin. Si Amanda quiere volver con él tendrá que ser por el hombre que hay en él y no por Sandra o porque sea lo correcto. Tendrá que ser porque siente por él algo más que cariño, respeto o lástima. Ya no quiere medias tintas ni migajas ni lismonas de amor y le viene a la mente unos versos de “Compañeros de viaje”del catalán J.Gil de Biedma, profesor de derecho y poeta a la vez:

Happy ending

Aunque la noche, conmigo,
No la duermes ya,
Sólo el azar nos dirá
Si es definitivo.
Que aunque el gusto nunca más
Vuelva a ser el mismo,
En la vida los olvidos
No suelen durar.

Definitivamente el regreso de Carlos ha cambiado sus vidas pero no tiene miedo al futuro. Sabe que la sombra ha dejado de serlo y aunque sea duro el presente es mejor vivirlo como ablativo agente que como sujeto pasivo.
Pensativo pero no triste llega al portal y saludando al portero sube en el ascensor hasta el sexto piso. Amanda le abre la puerta, se besan en la mejilla y salen a la terraza don de hay una merienda preparada y una conversación en el aire.


Beatriz recuerda en su relato el día 30 de mayo como día clave para Francia y Leonor recuerda esa tarde como la tarde de su boda. Hoy, 42 años más tarde los recuerdos siguen vivos y cuenta a sus amigas como con sus 26 recién cumplidos contrajo matrimonio en la iglesia de San Fermín, en el barrio de Chamberí, donde sus padres y amigos residían.
Carmen sonríe al ver a Marcelino todo orgulloso y elegante junto a Manolita y entre ellos a una novia guapísima. Sus hermanas y algunos vecinos como Sole fueron testigos de ese día tan feliz que la tía Ana, según se ven en otra foto, no quiso perderse.
Los abuelos de Carmen les habían mandado un regalo desde Venezuela que llegó con bastante retraso. << Mi matrimonio, al igual que el de mis padre, funcionó gracias al gran amor que nos profesábamos y a la mutua estima que nos teníamos>> dice Leonor cerrando el álbum de fotos y despidiéndose de sus jóvenes amigas Carmen y Beatriz.


domingo, 14 de noviembre de 2010

Madrid, mayo del 68 Capítulos IX y X

Capítulo IX


La feria de San Isidro sigue llenando la plaza de las Ventas, desde lejos se oyen los olés y alguien comenta que en ese momento está Paco Camino toreando pero Montse y Pedro no prestan mucha atención. Han quedado aquí con Miguel y unos compañeros para ir al almacén, donde el grupo de música del chico de económicas ensaya y allí se encontrarán con Carlos y Patricia. Tienen que coger la camioneta a Vicálvaro que sale de Ventas y mientras esperan comentan la reunión que van a tener.

.- ¿ Crees que hacemos bien Pedro?- pregunta Montse

.- ¿ Qué pasa? ¿Desconfias del periodista? Creía que ya lo habíamos hablado.

.- Sí, ya lo sé. Lo hemos comentado y estoy de acuerdo, pero no sabemos nada de él. No sabemos ni el nombre de la revista o diario para el que escribe. ¿ Tú has leído algo de él?

- No, no he leído nada. Escribe para una revista quincenal chilena, parecida a la revista de Occidente y me ha dicho que llevará ejemplares para que la veamos antes de empezar. Puedes estar tranquila, hay algo en él que me dice que es de fiar y además es amigo de la profesora de Cristina y ella es una persona muy seria. No va utilizar nuestros nombres si no queremos, tampoco nos van a hacer fotos ¿más tranquila?

.- Mi nombre desde luego lo puede olvidar, tengo que andarme con mucho cuidado y después del otro día aún más.

- ¿Qué te pasaría si vuelves a comprometer el buen nombre de tu familia?

- Sinceramente no lo sé, pero estuvieron a punto de meterme interna en una escuela en Suiza cuando lo de Bruselas.

- !Menos mal que no lo hicieron! Me hubiera quedado sin conocerte.

- Y yo a ti ...y sin tener una dirección para recibir las cartas de Lidia- dice riendo Montse.

- Eso, las cartas de Lidia. Menuda trola que le metí a mi madre; la pobre sigue sin entender como me escribo con una chica belga en francés cuando el francés nunca me ha gustado.

- !Mira!- dice Montse- ahí viene Miguel con Manuel y Santiago, Si nos damos prisa podemos coger la camioneta, todavía está en la parada.

Al llegar a Vicálvaro, se bajan en la primera parada y andan unos metros hasta el almacén. Patricia y Carlos acaban de llegar y entran juntos en el local donde se encuentran el resto de los asistentes.
El sol todavía entra por las claraboyas y del techo cuelgan unas cuantas bombillas. Al fondo de la nave se ven guitarras eléctricas y una bateria. Encima de una mesita hay un tocadisco y unos cuantos elepés descansa sobre una silla cerca de una destartalada nevera. En el centro hay una mesa grande y sobre la mesa botellas de refrescos y algunos vasos. Los estudiantes han pensado en todo, piensa Carlos y tras saludar a los que no conoce saca de su cartera unos cuantos ejemplares de una revista y un diario con artículos de él y de Patricia. Carlos pregunta si les importa que utilicen el magnetofón, de esa forma ellos mismo pueden volver a escucharse y suprimir lo que no les parezca editable. Los chicos se miran entre sí y les parece una buena idea.
Tras cambiar la mesa de sitio para que el magnetofón se pueda enchufar se sientan todos a ella. El grupo está formado por 3 chicas y 6 chicos. Montse y Clara estudian derecho y Julia medicina. De los chicos hay dos que estudian económicas y el resto derecho como Pedro.

Carlos empieza la entrevista, aprovechando que están en el local en el que ensaya un grupo de música, preguntándoles por la clase de música que les gusta y esta primera pregunta les lleva al concierto de Raimon, a los que cantan a los poetas prohibidos y a gente como Joan Baez o Bob Dylan.
La guerra de Vietnan y las revueltas en Francia salen a la palestra asi como la primavera de Praga.Lo hacen con timidez y muy por encima pero Patricia y Carlos intuyen que el tema político les interesa bastante.

Miguel confiesa que su familia es poco amiga del regimen pero su padre nunca estuvo afiliado a ningún partido. Está pensando en asistir a la reunión que el sindicato democrático de estudiantes de Madrid está preparando, aunque dice::

- Eso no lo escribas por favor.

- No lo haré Miguel, te lo prometo. No pienso utilizar vuestros nombres verdaderos ni citaros y además os dejaré leer lo que he escrito antes de enviarlo, no quiero causaros problemas.

Al oir a Miguel, Pedro dice que él también está pensando en acompañarle y Patricia le pregunta si puede contar sus razones.

- Creo que se lo debo a mi padre. Su muerte me ha dado mucho que pensar. Aunque le duela a mi madre no estoy de acuerdo con ella. No puedo hacer responsable al amigo de mi padre cuya salida ilegalmente de España provocó su detención. Mi padre sabía a lo que se exponía, estoy seguro. Ayudó a su amigo aunque no compartiese sus ideas porque lo creía justo y en un país libre mi padre no hubiera sido detenido y menos aún golpeado salvajemente durante un interrogatorio. El sistema que tenemos es el responsable y no la acción de un militante.

Montse se mantiene bastante distante y Carlos le pregunta directamente si quiere contar algo sobre su detención.

- No hay nada que contar. Me caí, me dieron un golpe en la cabeza y me llevaron a comisaría.
Tuve suerte de topar con un comisario que no era un hueso y me dejó en libertad. ¿ tú sabes que mi tío es guardia civil ¿ verdad?

- Algo he oído y no quiero causarte problemas, repito que no es nuestra intención el causaros a ninguno de vosotros problemas pero..¿cómo eres tú tan rebelde viniendo del nido que vienes?, si no quieres no respondas.

- No debería, no, pero lo voy a hacer. Conocí una chica en Bruselas, nos hicimos muy amigas y resultó ser la hija de unos rojos y no encontré en ella nada anormal. Reíamos por las mismas cosas y nos gustaban los mismos libros. Su padre era catedrático en Barcelona y ahora trabaja como profesor de español en un colegio de enseñanza media y hace traducciones. Con Lidia, así se llama mi amiga, y su familia aprendí a ver la historia con otros ojos, a ver los dos lados de la medalla y no me parecía lógico que ellos tuvieran que vivir fueran de España y que sus nombres estuviesen en la lista negra y que al abuelo de mi amiga le denegasen el pasaporte. Eso me hizo cambiar. Ahora ya lo sabes, confío en que no escribas nada de esto.

- No lo haré, lo prometo y gracias por tu confesión.

La tarde pasó volando y cuando salieron para coger la camioneta de regreso a Madrid empezaba ya a anochecer. Carlos y Patricia se ofrecen a llevar las chicas en el coche y los chicos deciden quedarse entonces un poco más charlando en el local. Se despiden quedando Carlos en avisarles para que den el visto bueno a lo escrito y en silencio regresan por la avenida de Daroca dirección Ventas donde las chicas tomarán el metro.



Capítulo X


A muchos kilómetros de distancia y en una ciudad a orillas del Golfo de Tailandia se encuentra una fotógrafa española recién llegada de Vietnan. En un hotel de Bangkok espera la conferencia que ha pedido con Madrid. Está cansada del duro viaje, salida de Ho Chi Minh y vía Candboya llegada a Bangkok; dos días de viaje que ha recorrido  junto con otros periodistas que han tenido que abandonar Vietnan.
Después de la ofensiva del Têt por parte del Vient Cong, a principio de año, las cosas se han puesto muy difíciles y los americanos no quieren mucha prensa cerca; muchas agencias están reemplazando a sus corresponsales y Sandra, embarazada de casi 3 meses decide volver a casa. Ramón, su marido, se reunirá con ella dentro de una semana en esta misma ciudad y dentro de dos semanas podrán volar juntos a París y desde allí a Madrid.

Mientras espera la comunicación intenta dormir un poco y difuminar con el solo hecho de cerrar los ojos, las últimas semanas que ha vivido en Vietnan. Sus fotos han captado el horror que han vivido desde enero de este año y sabe que lo peor esta aún por venir.Su mente le pide que tome distancia, que en ella hay otra vida inocente que ahora debe proteger y para ello debe comenzar por protegerse ella misma, ponerse a salvo de las líneas de combate y asimilar sin torturarse todo lo que ha visto. No está dispuesta a olvidar pues sería negar la muerte de tantos inocentes en una guerra de guerrillas en la que la razón de uno se confunde con la del otro y sus muertos no saben ni por quién mueren.

Recuerda lo que su padre le ha contado sobre la guerra civil española, los libros que ha leído sobre ella, escritos en francés porque en los libros de historia de España  hay un salto temporal a la segunda guerra mundial y “” san se acabó ‘’- se dice Sandra, para continuar pensando en voz alta”” ¿Pasará lo mismo en Vietnan?, ¿tendrán las generaciones futuras tanta desinformación como se tiene en España de nuestra propia guerra?, ¿Habrá un Vietnan unificado y se perdonarán los unos a los otros?...””

Justo en ese momento suena el teléfono y le comunican que ya puede hablar con Madrid.

- ¿Papá? -dice Sandra
-
 Sí, Sandrá soy yo..!Qué alegría oirte! ¿ Estás bien, hija? ¿ Qué haces en Bangokok?

.- Estoy bien, muy bien papá. Vuelvo a casa dentro de dos semanas y por eso llamo. Voy a esperar a que venga Ramón, no ha podido salir conmigo pero la próxima semana ya estará aquí. ¿ Cómo estáis? ¿ Está mamá cerca para hablar también con ella?

.- Estamos bien, cariño. Mamá está pasando unos día en el estudio, tenía que terminar unas cosas y quería privacidad, ya la conoces ¿verdad? En cuanto termine de hablar contigo le diré que has llamado. Se va a alegrar mucho.

.- Sí, la conozco bien, seguro que tiene una de sus rachas personales y sólo el estudio le da la calma para trabajar. Díle que intentaré llamarla mañana sobre las 4 de la tarde, hora española. Siento haberte despertado tan temprano.

. - Por eso no te preocupes Sandra, ya sabes que puedes despertarme cuando quieras y más si es para darme una alegría. Se lo diré a mamá sin falta. ¿qué tal vas con el embarazo?

.- Bien, hasta ahora voy bien, apenas he engordado y pasado mañana voy a ir al médico de la colonia europea que hay cerca del hotel, según me han informado. Dicen que es inglés y que casi todas las europeas acuden a él cuando están embarazadas. Ya os informaré, no te preocupes por eso. Un beso muy grande y no olvides darle el recado a mamá.

.- Un beso, mi amor y no lo olvidaré. Cuídate.

.- Lo hago papá y que tengas un buen día en la Universidad. Hasta pronto.

Sandra cuelga el teléfono con tristeza, le hubiera gustado haber hablado con los dos pero no ha podido ser. “” ¿ Qué le pasará ahora a mi madre?-se pregunta Sandra.
 No ha querido preguntar porque desde niña se acostumbró a respetar la privacidad de su madre. “” tu madre necesita espacio propio de vez en cuando””- le decía su padre cuando su madre se quedaba en Argüelles.
Sandra recuerda el día en que su madre le habló de su amigo fusilado y de las pesadillas que tenía imaginándose su cuerpo en una fosa oculta y anónima; cuando esto pasaba su madre se quedaba sola con su dolor en el estudio y después volvía a casa con su sonrisa mágica y más activa que nunca.
Aunque no llega a entender el nexo de unión que existió entre Carlos y su madre, debió ser grande pues hasta su padre trata el tema con mucho cuidado. Lo único que sabía de seguro, porque asi se lo había dicho su padre también es que Carlos se la jugó por España. Mañana intentará hablar con ella y quizá le cuente que le pasa aunque no cree que por teléfono entre en detalles.


Al mismo tiempo, en una calle de Embajadores, en Madrid, Carlos se despierta y aún soñoliento se incorpora en la cama, coje el sobre que reposa en la mesilla y que ayer le entregaron en la agencia. Parte de lo que quería saber se encuentra ahí dentro y anoche se quedó dormido imaginádose las idas y venidas de la autora de las fotos.


Carmen lee los nuevos capítulos de la  novela de Beatiz y recuerda la conversación que tuvo con Serafín hace unos pocos meses. Hacía poco que se conocían cuando le oyó hablar de sus propios reportajes de guerra, le oyó comentar lo de Tran Bang y  la famosa foto de la niña corriendo desnuda junto a otros niños por la carretera. “”Todos los fotágrafos de guerra,- dijo entonces-, tuvimos un poco de envidia profesional por esa foto””. Recuerda que Serafín le comentó además que el impacto de esa foto fue tan grande que el rechazo social a la guerra de Vietnan creció en todo el mundo. Beatriz le escuchaba aquella noche como hipnotizada  y seguro que pensó en él al darle una profesión a Sandra.


domingo, 7 de noviembre de 2010

Madrid, mayo del 68 Capítulos VII y VIII

Capítulo VII




Patricia y Carlos pasan la mañana del domingo en un chalet cerca de Somosierra junto a otros compañeros del partido, pero apenas tienen tiempo de contemplar la belleza del campo en primavera; han venido a trabajar, a estudiar expedientes, a repasar las agendas con sus cometidos y los informes sindicales. Las noticias son buenas, el movimiento obrero en España está creciendo y la postura de los obreros en Francia es un estimulante muy significativo.

El movimiento estudiantil y sus actividades están también progresando pero se necesita más jóvenes y Carlos, junto con Patricia, están en ello.
En teoría hay muchos candidatos pero hay que estudiar primero su pasado y aún así saben que se exponen a admitir topos, por eso,  todas las precauciones son pocas.
Sobre la mesa del salón-comedor hay varias carpetas, entre ellas se encuentran los expedientes abiertos a Pedro; a Miguel, el amigo de Pedro con el tío en París y a Montse.
Carlos y Patricia los leen con detenimiento y quedan sastifechos y hasta sorprendidos.

Miguel no había mentido, su tío ya pertenecía al partido cuando vivía en Madrid y ahora es un enlace sindical muy valorado en Francia, reside en un suburbio de París.
Carlos apunta: debe andarse con cuidado, puede meter a su familia en un buen lío si no se modera en público.

El informe de Pedro revela una niñez claramente marcada por la pérdida de su padre y el traslado a Madrid.  El abuelo materno de Pedro era monárquico y abogado de renombre en la España de antes de la guerra. Su única hija, enfermera por vocación, dejaría Madrid para irse con su marido, también abogado, a una capital de Castilla La Vieja.
Cuando el mejor amigo del padre de Pedro es detenido, por ayudar a las mujeres de los mineros en huelga, este le presta asistencia jurídica y consigue que pueda esperar su juicio fuera de la cárcel. Meses más tarde cruza la frontera francesa y al poco tiempo la guardia civil detiene al padre de Pedro. A los dos días de su detención, fallece durante el interrogatorio y en su partida de defunción consta un paro cardíaco debido a una dolencia que ya padecía. Según el médico familiar que pudo recoger el cuerpo, el paro cardíaco fue producido a consecuencia de la cruel paliza que le dieron. Su madre se traslada a Madrid con Pedro, que por aquel entonces tiene 10 años y con su hermana Cristina de 7; viven con su abuelo hasta la muerte de éste y ella vuelve a trabajar como enfermera.
Carlos anota: posible candidato.

El informe de Montse es escueto pero interesante. Su padre, diplomático de carrera, es nombrado agregado cultural a principios de los 60. Bruselas fue su último puesto en Europa. Su traslado a un país asiático tiene que ver con el comportamiento de su hija.
Montse protagonizó un incidente muy penosos para su padre y el embajador. Entabló amistad con una joven de origen español, hija de exiliados comunistas y apoyó una manifestación que la colonia española en el exilio organizó ante la embajada en Bruselas. Montse estaba en primera fila exigiendo la libertad de varios presos políticos. Asistió a varias reuniones de las juventudes comunistas y formó un grupo protesta que cantaba las canciones de Paco Ibañez.
Montse creció en Barcelona y a los 10 años acompañó a sus padres a la primera embajada. Después del incidente la mandaron de nuevo a Barcelona con su abuela y su tío. Al trasladarse el tío a Madrid la joven se traslada con ellos.
El tío de Montse es muy respetado dentro del cuerpo y tiene fama de duro. Compañero de estudios de dos gobernadores. Poco más hay sobre él.
Carlos anota: posible peligro.



Después de comer abandonan todos el chalet y se dirigen a Madrid. Mientras Patricia conduce el 600 por la carretera de Burgos, Carlos le cuenta el breve encuentro que tuvo con Pedro sobre la entrevista. Dos amigos más , además de Miguel y una amiga de Montse quieren participar; uno de los amigos tiene un grupo de música y el local en el que ensayan, un viejo almacén, podría utilizarse para realizar la entrevista. Los vecinos están acostumbrados a ver entrar y salir jóvenes del almacén y allí se sentirán todos más en su ambiente.
A Patricia le parece buena idea y anima a Carlos a llamar a Pedro y quedar para el próximo martes, a ella le vendría bien pues tiene la tarde libre.
Antes de entrar en Madrid paran a tomar un café y a repostar gasolina. Carlos aprovecha la parada para llamar a Pedro y pedirle que confirme si a todos les viene bien el día escogido y si el local estaría libre.

- ¿ Qué ha dicho?, pregunta Patricia mientras echa azucarillos en su café.

- He tenido suerte. Le he pillado justo en el momento que salía para reunirse con sus amigos. A los de Derecho les puede venir bien, me ha dicho, pero a los de Económicas no lo sabe; por el local no hay problema y me llamará más tarde a la agencia para confirmarlo.

- Muy bien, me lo comunicas en cuanto lo sepas...¿ necesitas el manegtofón? Lo digo porque hay que comprar una cinta nueva.

- Sí, si les parece bien quisiera grabarlo para poder transcribir la entrevista mejor. Encárgate tu de ello, ¿de acuerdo?....¿ te importa dejarme en la agencia? tengo que terminar algunas cosas

- No, no me importa.


Una vez en la agencia Carlos entra en el archivo y comienza a buscar todos los artículos que hay sobre Vietnan, inmediatamente después marca un número de teléfono y pide información sobre el periodista Cortijo Saenz y su mujer. Su búsqueda personal ha comenzado y aunque desconoce lo que va a hacer con los datos que obtenga, sabe que debe hacerlo.





Capítulo VIII


Agustín está de pie junto a la ventana del comedor, hace poco que ha comido, solo como ayer, y como lo viene haciendo los últimos días.
Al día siguiente del recital de Raimon, Amanda le planteó el separarse por unos días.
La conversación con Carlos había despertado demasiados recuerdos y momentos en ella, momentos que había guardado en algún lugar de su memoria, en una caja olvidada en el rincón más oculto pero que ahora salían de nuevo a la luz con fuerza y determinación y directa, como era ella, le pidió espacio y tiempo para pensar y tras coger algo de ropa, le dedicó una de sus sonrisas más irresistible, le dio un beso en la mejilla y bajó por las escaleras con rumbo a su estudio en Argüelles.
Agustín se quedó un rato en la puerta y tras dudar un poco la cerró, se preparó el desayuno y se fue para sus clases. Hoy es domingo y Amanda sigue sin venir , sólo hablan por teléfono pero ella prefiere que no la llame.
Agustín sale a la terraza, él que no fuma ha comprado cigarrillos al mismo tiempo que la prensa dominical, él que siempre lee la prensa mientras se toma su primer café  sale a fumarse un cigarrillo en la terraza con la taza de café en la mano.
El sol le ciega por un instante pero su mente es muy consciente del momento que vive, casi a tientas busca la silla que ha sacado del comedor, los muebles de la terraza están aún en el trastero donde Amanda los había guardado,  y se sienta en ella con el cigarrilo entre los dedos . Echa la silla para atrás apoyándola contra la pared y los pies los reposa en un macetero, cierra los ojos y recuerda varios momentos emblemáticos desde el día en que vieron a Carlos por última vez antes de su resurrección.
Aunque le duela es sincero consigo mismo y sabe, porque siempre lo ha sabido que Amanda nunca olvidó lo vivido con Carlos, que nunca ha pretendido engañarlo con un amor que no sentía o una pasión fingida.

Todos estos años, que han pasado tan rápido, han dejado entrañables  recuerdos; han sido años maravillosos, han formado una familia feliz, armoniosa, abierta y comprometedora con los problemas sociales y la lucha por los derechos de la mujer.
Él era  y es muy feliz con ella y con Sandra. El cariño de la niña suplió con creces la falta de amor de su madre por él y a través de ella surgió, sin buscarlo ni hablarlo, una complicidad entre ellos dos, entre él y Amanda. Sandra era el eje entorno al cual giró y gira su matrimonio,  Derecho, el nexo de unión laboral y Carlos, aunque los ojos de Sandra miran por él, un pasado enterrado en el baúl de los recuerdos.

Sandra se había hecho adulta, se había casado y estaba lejos pero ellos seguían unidos, conviviendo en la misma casa, comentando las cosas que pasan en el mundo con la misma pasión de siempre y juntos leen las cartas de Sandra, que llegan desde las partes más alejadas del mundo, ahora desde Vietnan.
Agustín está convencido de que la única oportunidad que tiene para retener a su mujer, pasa por esta separación temporal; ella debe ser libre, esta vez tiene que serlo para tomar la decisión que años pasados tomaron por ella. No culpa a Carlos de nada , esperará a Amanda el tiempo que ella crea conveniente, está convencido que volverá con él,  pero Sandra es un tema diferente y por ella si que está dispuesto a luchar hasta el final.


En el barrio de Argüelles está Amanda poniendo en orden su pequeño estudio. Hoy domingo tiene ganas y tiempo para hacerlo. Este estudio siempre la aportó una paz interior que la ayudó a tomar sus mejores decisiones. Aquí abrió su primer despacho y desde aquí ha recurrido varias resoluciones con éxito; aquí escribió sus apelaciones con la foto de sus padres sobre la mesa y ellos han sido mudos testigos de su tenacidad y abnegación para lograr lo que parecía imposible.
Sus defendidas, casi siempre mujeres, obreras en ocasiones, estudiantes y hasta chicas de servicio han encontrado en ella a una abogada comprometida con los derechos de la mujer en el ámbito laboral, estudiantil y en asuntos familiares. Las leyes , contrarias a las mujeres, dejan poco espacio de maniobra pero su experiencia es positiva. Se puede luchar con lo poco que se tiene, se abre camino con cada batalla ganada y cada éxito, por pequeño que sea, escribe jurisprudencia, es un paso adelante en la buena dirección y refuerza la esperanza de saludar a la democracia que un día volverá.

“Las cosas- piensa Amanda-  están empezando a cambiar, los acontecimientos están obligando, al menos en Francia, a ver la sociedad con otras miras; los estudiantes en España están empezando a perder el miedo y a cantar a la generación del 27. Yo también tengo que mirar ahora al presente sin miedo y poner en orden mis sentimientos.
Sandra no debe saber nada todavía, tampoco le extrañará oir que estoy en el estudio, me he quedado varias veces cuando el trabajo lo pedía, pero ahora no; bastante tiene con el trabajo que están desarrollando en Vietnan y  los peligros que trae consigo el cubrir la guerra, una guerra que se les ha ido de las mano a los americanos, una guerra que cada vez causa más pérdidas en ambos lados, en civiles y en soldados; soldados jóvenes en su mayoría, obligados a luchar en una guerra que no es la suya.
No, definitivamente, no, es el peor momento para preocuparla, ya habrá tiempo cuando regrese dentro de unos meses debido a su embarazo, aunque espero que para entonces mis sentimientos hayan encontrado el camino y la decisión tomada sea también aprobada por mi cabeza. No va a ser fácil pero no puedo dar marcha atrás. Esta vez ni Agustín ni Carlos van decidir por mi”.

En el hotelito del Viso también están desayunando y comentando la fiesta hippy de la noche pasada y que fue todo un éxito. Vinieron varios amigos de ahora y más gente de la genración de Leonor y Serafín. Se rayaron muchos discos, se recordó el festival de Woodstock en las voces de Melanie, Joan Baez y de tantos otros entre ellos Santana. Fue en agosto del 69 pero sigue siendo el mejor festival de la historia de los festivales, dijo Serafín aunque en España no tuviera tanta repercusión.
Mario aportó sus recuerdos y la preocupación de su padre cada vez que le llegaba la orden de mandar a su gente a la universidad.
Carmen y Leonor le recordaron a Beatriz que les faltaban capítulos por leer de su novela y ella prometió dejárselo leer muy pronto....